La solución que yo encuentro más divertida a este problema es la del rebase interactivo, que además sirve en muchas otras situaciones. El procedimiento es el siguiente:
Creas una rama nueva con un nombre descriptivo de lo que hace tu pull request.
$ git checkout -b nombre-de-la-rama
Haces el rebase:
$ git rebase --interactive origin/master
Eso te abre un editor, en el que estan listados los commits que estarías moviendo, ahí podés hacer varios cambios, entre ellos borrar lineas lo cual descarta los commits que borrás. Cuando terminas de editar el archivo, guardas y se reescribe la historia (de esta rama nueva que creamos, así que tus commits originales quedan ahí por si todo falla).
Después haces push de esa rama y hace un nuevo pull-request con la parte que te interesa.
Es más comodo que el cherry-pick cuando los commits que te interesan son más de 2.
Conflictos
Si algunos de los cambios que querés conservar depende de alguno de los que no, vas a tener conflictos como si fuera un merge y se solucionan de la misma manera.