Tu clase Animal
tiene un atributo llamado patas
, pero no es un atributo normal. Si fuera un atributo normal, cuando haces dentro de __init__()
o dentro de muestra()
un acceso a self.patas
, estarías accediendo directamente al valor almacenado ahi, pero no es el caso.
En tu caso Animal.patas
es una instancia de la clase Patas
, y esa clase es un descriptor. Eso cambia el acceso a Animal.patas
.
Cuando intentes acceder para leer a Animal.patas
(por ejemplo en self.patas
) Python comprobará si patas
tiene un método __get__()
y en ese caso lo llama. Así que cuando invocas chucho.muestra()
está ocurriendo lo siguiente:
- Python busca el método
muestra()
dentro de la clase Animal
. Lo encuentra.
- Python invoca ese método así:
Animal.muestra(chucho)
, de modo que el método recibe en su primer argumento self
el objeto sobre el que debe actuar.
- El método intenta acceder a
self.patas
para leer su valor. En ese momento self
es chucho
, por lo que Python buscará chucho.patas
.
- Python no encuentra
chucho.patas
(el objeto no tiene ese atributo ya que en este caso es un atributo de la clase, no del objeto). Sigue buscándolo entonces en la clase de la que el objeto es instancia
- Python encuentra el atributo
Animal.patas
- Python observa que
Animal.patas
es una instancia de otra clase (en concreto de la clase Patas
) por lo que mirará si ese objeto implementa la interfaz de un descriptor, es decir, mirará si implementa un método __get__()
.
- Encuentra que sí, de modo que invoca ese método en la clase
Patas
. En concreto (esto empieza a liarse mucho), lo que invoca es Patas.__get__(Animal.patas, chucho, Animal)
.
- Lo que esa función retorne será el valor final que usará la función
muestra()
.
En este caso, ya que __get__()
hace un return self.patas
pero en ese momento self
es Animal.patas
, lo que está retornando en realidad es Animal.patas.patas
(siendo el segundo .patas
el atributo de ese nombre dentro de la clase Patas
, el cual ha sido inicializado con cero.
De forma análoga el método __set__()
se invocará cuando se intente asignar un valor a Animal.patas
, lo cual ocurre por ejemplo en el constructor:
def __init__(self, nombre, patas):
self.nombre = nombre
self.patas = patas # <----- AQUI
En ese punto del código self.patas
se refiere a chucho.patas
, el cual no existe (como antes expliqué, ver punto 4) sino que se refiere a Animal.patas
que es una instancia de Patas
, por lo que se invocará Patas.__set__()
y se le pasará como parámetros Animal.patas
(el atributo a modificar), chucho
(el objeto que necesita usar el setter) y patas
(el valor a asignar al descriptor).
En este caso el descriptor antes de meter el valor dentro de self.patas
(que es ahora Patas.patas
), verifica que sea un entero. Este es un ejemplo de por qué puede merecer la pena dar tantas vueltas. Puedes escribir descriptores que verifiquen si el tipo o rango de lo que se intenta asignar es correcto y rechacen el caso en que no lo sea (por eso al ejecutar tu código aparece el mensaje "No es un entero" y el valor de Animal.patas.patas
sigue siendo cero).
Nota Si todo esto te parece muy complejo, es porque realmente es muy complejo. Los descriptores se consideran material avanzado que pocas veces necesitarás. Y cuando los necesites hay una forma más sencilla de programarlos usando el decorador @property
).