char* mi_strcpy(char* s1, char* s2){
char* puntero = (char*) malloc (mi_strlen(s2)*sizeof(char));
while(*s2!='\0'){
*puntero = *s2;
puntero++;
s2++;
}
*puntero='\0';
s1 = puntero;
return s1;
}
¿Dónde estás usando s1
? Haces una asignación al final, pero no olvidemos que el puntero s1
, como tal, es una variable local de tu función. Al principio es un poco complejo de entender, pero fíjate en el siguiente ejemplo:
void func(int a)
{ a = 5; }
int main()
{
int var = 0;
func(var);
printf("%d",var);
}
Queda claro que el programa va a imprimir 0
porque el cambio que hace func
es local. Con punteros pasa exactamente lo mismo, el puntero es una variable local y lo único que se comparte con el exterior es lo que se almacene en la dirección de memoria apuntada. Si tu haces que el puntero apunte a otro sitio únicamente estás haciendo un cambio local porque la memoria original no sufre cambios.
En tu caso deberías crear un puntero temporal basado en s1
y trabajar con dicho puntero:
char* mi_strcpy(char* s1, char* s2){
char* puntero = s1;
while(*s2!='\0'){
*puntero = *s2;
puntero++;
s2++;
}
*puntero ='\0';
return s1;
}
Otra alternativa:
char* mi_strcpy(char* s1, const char* s2){
char *puntero = s1;
do
{
*puntero++=*s2;
} while(*s2++);
return s1;
}