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Sé que '*' se usa para definir un puntero en el momento de crear una variable, por ejemplo:

objeto* variable;

Pero, en este caso de un ejercicio de la universidad:

function_init(tPopularity* object) {
    tPopularity newPopu;

    /*Relleno de de datos, no importante para la pregunta*/

     object=&newPopu;
}

Mi idea inicial era dejar es la de arriba, es decir :

 object=&newPopu;

El problema es que al salir de la función los datos del objeto se perdían, así que lo que he hecho, sin saber muy bien por qué es:

 *object=newPopu;

¡Y funciona! Mis datos no se pierden y los test pasan correctamente... ahora mi pregunta es.. ¿Por qué ahora mis resultados son los esperados? ¿Por qué se corrompían los datos y por qué ahora no? ¿Qué supone en mi código ese asterisco delante de una asignación?

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3 respuestas 3

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¿Por qué se corrompían los datos y por qué ahora no?

Si usamos variables se ve mejor:

void func(int var)
{
  var = 10;
}

int main()
{
  int a = 0;
  func(a);
  std::cout << a;
}

Da igual las veces que ejecutes el código anterior que siempre va a imprimir 0 y el motivo es muy simple: var es una copia de a, luego los cambios que realicemos sobre var no tendrán su eco en var. Es como clonar una oveja... esquilar al clon no va a hacer que la oveja original se esquile automáticamente.

Ahora vamos a ver el mismo ejemplo pero con punteros:

void func(int * var)
{
  int n = 10;
  var = &n;
}

int main()
{
  int a = 0;
  int* ptr = &a;
  func(ptr);
  std::cout << a;
}

El programa imprime otra vez 0... ¡Pero si estamos usando punteros! ... ya, pero al igual que en el caso anterior, var es una copia de ptr. Lo único que comparten ambos punteros es que apuntan a la misma dirección de memoria, pero siguen siendo variables independientes.

Y aquí es donde entra en acción el truco. Lo que hace var=10 es modificar la dirección apuntada por var. Tras este cambio, ptr apuntará a una dirección de memoria y a a otra diferente.

Ahora, en cambio, imagína que cambiamos un poco el ejemplo:

void func(int * var)
{
  int n = 10;
  *var = n;
}

Ahora el programa, por arte de magia, imprimrá un 10!!!

¿Qué ha pasado ahora?

Lo que sucede ahora es que, gracias al uso del asterisco, estamos modificando la memoria compartida por ambos punteros, var y ptr.

Es por ello qu este cambio se propaga fuera de la función.

Dicho esto aprovecho para aclarar un pequeño detalle: En tu primer caso no se es que se corrompiesen los datos... es que no estabas modificando la memoria original, la cual quedaba sin cambios tal cual estaba cuando se llamó a la función.

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  • 2
    Me ha encantado lo de la oveja, me lo apunto :)
    – ordago
    Commented el 11 dic. 2019 a las 17:29
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¿Por qué se corrompían los datos y por qué ahora no?

Los datos se corrompían debido a que en tu function_init estabas asignando la dirección de memoria de la variable newPopu al puntero object, el contenido de esa dirección era apuntado por ambas variables, pero al salir de la función ese contenido se eliminaba al igual que newPopu y por lo tanto object no apuntaba a los datos que esperabas. Cuando haces *object = newPopu estas asignando el contenido de la variable y no la dirección de memoria en la que se encuentra, entonces tienes dos referencias a ese contenido, uno es object y otro es newPopu, cuando sales de la función newPopu deja de existir pero object sigue apuntando a una dirección de memoria que contiene el valor que se asigno dentro de la función function_init

¿Qué supone en mi código ese asterisco delante de una asignación?

Ese asterisco indica que vas a acceder al contenido en la dirección de memoria que es apuntada por tu variable, en este caso object.

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Imaginemos lo siguiente:

 typedef struct
 {
     int a;
     int b;
 }tPopularity;

void function_init(tPopularity* object) 
 {
    tPopularity newPopu = {1, 2};
    object = &newPopu;
}

Asumamos las direcciones de memoria que tendrá nuestro bloque de memoria (este bloque básicamente es donde estarán almacenados los miembros a y b) al que apunta el puntero implícito newPopu (del function_init).

--> Bloque A:
(a)   (b)     
0x4 - 0x8     
//El puntero implícito newPopu apunta a la dirección 0x4.

Ahora, con estos datos, comencemos viendo como funciona la siguiente línea:

object = &newPopu;

Estamos claro que esta instrucción es equivalente a esto:

object = &newPopu.a;

Lo que estás asignando al puntero object (en este caso 0x4) es la primera dirección de memoria (en este caso 0x4) del bloque A al que apunta newPopu, pero luego nos damos cuenta que el puntero object es un parámetro y que posteriormente, cuando la función function_init termine su ejecución, el espacio de memoria donde está alojado el puntero object, será liberado del programa y también el bloque A. En pocas palabras, tu función hizo que pierda toda la información que tenga el bloque A y esa es la razón del porqué sucede la corrupción de datos.

Ahora la solución a este problema, es la que propusiste:

*object = newPopu;

Ahora agregaré un pequeño código para reflejar el porque:

int main(void)
{
    tPopularity ob;
    function_init(&ob);
    printf("%d %d\n", ob.a, ob.b);
    //Resultado por pantalla: 1 2
    return 0;
}

Este simple código lo que hace es copiar todos los datos que tiene el objeto (al que apunta newPopu) hacia el objeto que apunta ob (del main).

Y para que quede más claro esto, el código:

*object = newPopu;

Es equivalente a :

object-> a = newPopu.a;
object-> b = newPopu.b;

Y con esto comprobamos del PORQUÉ no ocurre una corrupción de datos.

Espero que te sirva mi explicación! Saludos!

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