Resumiendo: no puedes.
En Windows, al compilar el programa, indicas si es en modo gráfico o en modo consola (si no lo haces tú, el compilador lo hace implicitamente). Si es un programa para consola, el sistema crea una consola virtual, que es la ventana que ves, para que tu programa interactue con ella.
En entornos no-Windows, tales como *nix, las cosas no funcionan así. No hay distinción; todo son programas, que interactuan con la entrada y salida estándar. Dichos mecanimos de entrada/salida no siempre son físicos; un programa puede crear una consola virtual, y pasarla como STDIN
o STDOUT
a otros programas hijos.
Ese es el mecanismo usado por los emuladores de terminal. Crean un proceso hijo, llamando al interprete de comandos. Cuando ejecutas un programa bajo ese interprete, este otro programa hereda STDIN
y STDOUT
del interprete que lo lanzó, que a su vez lo hereda del programa que lo creo, que, como dije, es la aplicación de terminal.
Ese mecanismo hace distinto el auto-crear una ventana de terminal para mostrar en ella tus resultados. Puedes invocar al emulador, pasandole un argumento, que sería tu propio programa a ejecutar; desde tu propio programa, has de diferenciar si te has auto-invocado, o has sido llamado de forma directa. Podrías usar el directorio /proc
, o crear algún tipo de archivo cerrojo, o un socket de red, o usar DBUS, ...
Consejo final: salvo que necesites crear tu propio terminal por algo, es mucho mas sencillo lanzar los programas desde el emulador de terminal proporcionado por el sistema.